Blogia

5 canciones negras

¿Ideas?

¿Ideas?

"¿Ideas? Tengo la puta cabeza repleta de ideas, lo que me hace falta es decidirme por una, eso sí..."

Extraído de Noviembre

Náufrago



En medio del mar te sientes como en un desierto y en este mar en el que naufrago no hallo más que inmensas dunas de arena negra. Y he estado leyendo, y he aprendido que la arena negra, es aquella que ha ido siendo apartada de todos los desiertos del mundo. La olvidada. Así que sigo hundiendo los viejos remos de mi vieja barca, luchando contra las medusas de arena y los tiburones de viento, surcando mar adentro, en busca del lugar donde descansa el horizonte.
En las noches que calma el mar, tumbado en mi barca, sueño con ese lugar. Y sueño con verte, esperándome, sentada en la silla de mimbre, con las gafas puestas y el pelo recogido. Y sueño con tu sonrisa, tras el cristal y la cortina, en el momento en que un rayo de sol viene a recibirla, y las paredes se tiñen con el color de tus ojos. Y abro los ojos, y entre tanto cielo diviso tu estrella. Y ahora es mi sonrisa la que ilumina mi barca, y es ahí cuando ni pasa el tiempo, ni corre el viento, y las olas de arena negra se quedan quietas.
En la proa de mi barca,
está escrito tu nombre,
para que todo el mundo sepa
que soy yo quien va a buscarte

120504

...

Cuando me canso de escucharme, viajo.
Vuelo sobre todas las cabezas que se acercan a mi mundo.
Muchas no viven en él. De hecho, aquí no vive casi nadie.
Si miras por mi ventana, verás tejados vacíos
Ventanas de noches en vela, y silencios cargados de ausencia
**
A la luz de bombillas fundidas
Llamo a puertas que están vacías
Pienso en ideas sin gente
Y odio a la gente sin ideas
Me veo en fotos ajenas
Me siento a comer en tu mesa
**
Una cajita de ritmos es mi corazón
Una fábrica de ideas, mi mente enferma
Mi boca dos labios cosidos
Mis ojos pertenecen ya a una mirada ajena

Orgánico

Y en debaho de mi silla
Tú te puede’ encontrá’
El arto montón de cosillas
Que yo ahora te vi a contᒠ:
Un mechero, una iguana,
Una pipa de la paz,
Dos botas de siete leguas,
Y un coche en el que escapar.
Un casco sin una moto,
Dos guitarras y un timbal
Y las esposas que ataron mis manos
Frente a las olas del mar

280404

Puntos suspensivos

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

Joaquín Sabina

Recuerdo (I)


Recuerdo que de pequeño, me sumergía en la bañera, y escuchaba las voces del piso de abajo.
Recuerdo la habitación de mi tía, en casa de mi abuela
Recuerdo mi primer monopatín, y como le partí el eje delantero intentando saltar un bordillo.
Recuerdo las contrarreloj dando vueltas al pabellón.
Recuerdo las dos camas en mi habitación, que se subían y se empotraban en el mueble. Con ese escritorio en medio.
Recuerdo las tiendas de campaña, con las linternas, por la noche.
Recuerdo el Tigre de Chamberí
Recuerdo los petardos de la noche de San Juan
Recuerdo el internado
Recuerdo los veranos en el pueblo

Dame mis canciones negras



Y mido mi tiempo en canciones.
Y descubro nuevas horas que buscaba, nuevas canciones a mí.
Canciones pintadas de dolor, de soledad, de penumbra y de tristeza.
Letras que son cuchillos, clavados en las espaldas.
Los suspiros son la sangre, que brota de las entrañas.
Dame canciones que duelan
Que hagan más larga mi espera,
Que hagan más honda mi pena
Y que si voy a estar muerto
Mucho más tiempo que vivo
Deja que me lleve mis canciones
Y todas las cosas que escribo

040504

Gracias a cqnd por la canción Diecinueve de Maga

INDIFFERENCE

Indifference. Versión de Eddie Vedder y Ben Harper el 04.11.01

Hoy

Hoy (ayer) no he ido a trabajar. Ha sonado el despertador y no he podido. No he querido.
Me acosté tarde, liado con Cube, y cuando me metía en la cama, ya sabía que no me levantaría a trabajar. No suelo hacerlo a menudo, pero de vez en cuando sí que me permito este pequeño privilegio. Sobretodo cuando más al límite estoy, me tomo un día de desconexión. Mi día de desconexión de hoy ha estado bastante bien.
Me he levantado tarde, pero bueno, he comido, he cambiado de sitio las cosas que se amontonan en mi cuarto, me he duchado y me he ido con la moto. Hoy se iba súper bien, porque hacía una tarde fresquita, incluso han caído algunas gotas, pero la temperatura era buena. He llegado a La Maquinista, y me he dado un paseo por los cd’s. He estado a punto de comprarme uno de relajación china. Eran sólo cinco euros, al final me he arrepentido de no cogerlo (mañana/esta tarde me acerco). He salido y he ido directamente a por mi dvd.

. Al salir, me doy cuenta de que es muy probable que se ponga a llover, así que sin tiempo de disfrutar de Él, lo guardo en la cruzada y tiro para abajo. Bajo las escaleras mecánicas y giro a la izquierda. Sé que es inútil parar a ver maquetas, pero que se le va a hacer, me tiran demasiado. Además han traído muchos nuevos. Pero sigo sin dinero. Salgo sin resignación y me dirijo a la moto. Al pasar por al lado del cajero, me acuerdo que no llevo dinero, y me paro a sacar veinte euros, con el dolor de saber que posiblemente no lleguen sanos a casa. Arranco la moto y hacia allí me dirijo. A media curva me acuerdo que no he devuelto Planta 4ª. Ya son dos días.
Bajando, cojo el atajo, que me ha retenido más que otra cosa. Salvo la fila y bajo flechao. Paro en casa, sin nisiquiera quitarme el casco, subo y cojo la peli. Me monto en la moto y me paso por el Cash&Converters, a devolver el juego que cogí el otro día, que como me suele pasar, no me instala, pero bueno. Al salir resulta que me encuentro con mis padres, que venían de no-se-donde. Me subo en la moto y me voy al Carrefour, a merendar. Aparco la moto en el parking, por primera vez; entro y me voy directo a las pastas. Al pasar al lado de las cajas, veo esas cajitas que traen laminitas de menta, que valen un pastón y se acaban enseguida. Me meto un par al bolsillo y no tardo ni dos segundos en quitarles el cartoncito. Y sigo mi camino en busca de la merienda. Esta vez ha sido un bollito del palo Phosquitos. No estaba malo. Y las consiguientes ganas enormes de fumarme un cigarrillo. Calmo mi ansia y decido pasarme por los cd’s y aparatos de música. Un ligero vistazo, un breve paseo y vuelta para casa. Me he vuelto a poner en la cola de la tonta, con todos los respetos hacia la y las cajeras, pero siempre me toca. Me he cambiado, y me ha venido bien, porque la mujer, muy maja por cierto, me ha cobrado los desodorantes y el gel AXE a dos euros, en lugar de siete que valían. Gracias señora. Casi por los pelos, pero me acuerdo de la Pull&Bear. Un repaso, ligero, pero repaso. Si tuviera pasta aún habría cosas que podría comprar.
Ale, para casa. Paro en el estanco, paro en el videoclub, dejo la peli, que me deja con 0,26 cts en el cajero del videoclub. Otra vez a cargar...
Llego a casa, un breve saludo, y..... Ben Harper. Me he tragado el dvd una y otra vez.

Hoy ha sido un buen día de desconexión.

Canción

Canción

Garota de Ipanema - Najwa Nimri

Ai, por qué todo es tan triste...

Foto por Zom

Mi ventana y yo

Mi ventana y yo

Me puse tras la cortina, y miré hacia abajo. Allí estaba ella, mirando fijamente su pantalla.
La descubrí una noche, en verano. Estaba tumbado en la cama, con la ventana abierta, por el calor. Había apagado la música, me había puesto el pijama y me disponía a cerrar los ojos hasta el día siguiente. Era sábado.
Entonces comencé a escuchar música, que no era la mía, y que se colaba entre la cortina. Me quedé callado, escuchando, y me gustaban aquellas canciones. Y sonaba una, y sonaba otra, y si bien no todas eran de mi agrado, la mayoría se decantaba por un sonido muy parecido al que a mí me gusta en una canción.
Poco a poco comenzó a picarme la curiosidad. De dónde venía es música, y quién era quien la escuchaba. Me acurruqué a los pies de la cama, a un lado de la ventana, y poco a poco iba ampliando el ángulo de visión.
La ventana de mi cuarto está situada entre medio de los pisos del bloque de enfrente, al que yo calculo que habrá de cuatro a cinco metros. De esta manera, en frente mío no tengo ninguna ventana, sino que las tengo situadas justo por encima y por debajo.
El instinto me llevó a buscar primero por arriba el origen de esas canciones, y mientras ampliaba el ángulo de visión, por el rabillo inferior del ojo izquierdo, me llegó tenue pero fija, una señal de luz. Un acto reflejo me llevó a apartarme de nuevo de la ventana. Bien, ya sabía hacia donde tenía que mirar. Recoloqué mi posición, y volví a levantar la cabeza, muy poco a poco.
Tenía la ventana abierta, y la cortina descubierta. La luz venía del flexo que había en el escritorio, entre la pared y la pantalla del ordenador, justo en el borde de la ventana. Ella estaba sentada frente a la pantalla, de modo que yo y mi ventana quedábamos por detrás y un poco de lado. Tenía el pelo ondulado, pero todavía no sabía el color. Rápidamente me volví a esconder, y me acurruqué en la esquina, con el corazón a cien. Era una sensación extraña, estaba exaltado, nervioso, emocionado. Sólo se trataba de una simple ventana abierta, un flexo al lado de un monitor y una chica con el pelo ondulado, escuchando buena música. Pero era algo nuevo.
Ya no me volví a asomar esa noche. Ni la siguiente, ni la de después. Sólo escuchaba sus canciones. Y la escuchaba todas las noches, una detrás de otra, hasta una de sábado, un par de semanas después.
Ya había pasado la hora y su música no sonaba. Al principio no le di mucha importancia, todo el mundo se puede retrasar.– Tendrá cosas que hacer – pensé. Pero pasaban los minutos a la velocidad de crucero de una tortuga, y mi impaciencia crecía a la velocidad de un jaguar cuando caza. No podía dejarme plantado! No!
Entonces decidí que era hora volver a asomarse.
Me puse tras la cortina, y miré hacia abajo. Allí estaba ella, mirando fijamente su pantalla.

Hoy no ha sido un buen día

Hoy no ha sido un buen día en el trabajo.
Todo ha comenzado mal, desde las 8 de la mañana, como suele suceder en estos casos.
No habíamos ni empezado y ya se estaba liando la cosa.
Y yo, viendo el panorama, he decidido tomarme las cosas con mucha calma, porque sino me pasa lo de siempre, histerismo total. En efecto, me he tomado el día muy relajado, porque cada dos por tres tenía que cambiar de faena, para empezar y nunca acabar ninguna. Ahora para arriba, ahora para abajo, ahora arregla esto, ahora haz aquello que el otro no sabe. Y a las 2 del mediodía, me dan la noticia que hay una faena, que tengo que empezarla a las 4, no se podía antes, y que se tiene que quedar terminada hoy. Bueno, preparo los materiales y las herramientas para ponerme a las 4. A todo esto, viene el inspector de compañía a revisar el equipo de emergencia, y me manda una serie de modificaciones en el cuadro, y que tapara la canal de los cables. Se lo comunico a mi jefe, y cuando me dice que iba a mandar a alguien a tapar esa canal, le pido que no mande a nadie (ya que nadie sabe como se trabaja esa canal), que ya lo terminaría yo cuando me pusiera a hacer todo. Total, que ha mandado a un “compañero” que es paleta, a taparla. Qué ha pasado? Lo lógico y normal en estos casos. No sólo no ha puesto la tapa, sino que se ha cargado hasta la canal. Tras mi rebote inicial, me he calmado, he comunicado el incidente al jefe y hasta ahí no más problemas.
Lo gordo ha venido a las 5 y media, mientras esperábamos a que se cambiara un compañero, para irnos. Pues estábamos Edu, Marín y yo en nuestra sala, y yo le contaba a ellos el tema de lo de la canal. En esto que viene el susodicho paleta, y comenzamos a tratar el tema de la canal, que si la has roto, que si no, que si como que no.. (ésas cosas). A todo esto, yo sentado en la silla, viene hacia mí, se me encara, y me dice que si yo era el jefe, que si la canal era mía y me suelta la mano en el pecho, a modo de vacilada. Ahí ya no he podido contenerme y he saltado. Lástima que entre los dos compañeros me han parado, porque juro que le hubiera estampado la cabeza contra el suelo y machacado hasta que no quedara ni un trocito más grande que un mechero.
El Lunes seguirá la guerra. Es a muerte.

Bueno, una reflexión un poco extraña, pero es que tengo que soltar la furia que me corre por las venas. Hacía mucho que no me hervía la sangre de la manera que me la ha hecho hervir ese tío.
Bueno, ya contaré como transcurre todo.

Con vistas al mar

Con vistas al mar

Por qué las mejores historias vienen siempre fuera de horas? En horas de ojos cerrados, de vidas abiertas y de miradas perdidas.
Quiero tener en mi cuarto, una máquina de refrescos, con Red Bull y frutos secos. Y no estaría mal que sacara los porros hechos. De lo demás ya me encargo yo.
Siempre, a la hora de irme a dormir, me vienen historias, palabras. Pero si me siento, se esfuman, a la par que pierdo el sueño, y más me desvelo. Estoy metido en un maldito bucle, de ansia de noches en vela, de altos vuelos y un fresquito ático, con vistas al mar.
Sigo encadenado a la silla que está encadenada a la habitación que está encadenada a la casa que está encadenada al bloque que, si bajas un poco, lo verás encadenado a la calle que está encadenada a ese bloque, que tiene encadenado ese ático, con vistas al mar.

“Te preocupa salvar el pellejo? Pues claro, me cubre el cuerpo.”

Sueño que tengo, dos vidas distintas, encerradas en un mismo envoltorio. Que a ratos se enzarzan en férreas peleas, por debajo de la piel. Luchan cada uno por salir a flote, y vivir un rato más.
El esquizofrénico suele salir más veces victorioso del combate, y ante él me tengo que ver yo las caras todas las noches.
Y hay noches, como por ejemplo ésta, en la que mi “yo en calma” sale a relucir, y me brinda su presencia, tras la luz de la pantalla. Es agradable compartir mis noches con él. Nos vamos de visita por todas las páginas que nos gustan, y leemos las vidas que hay escritas, y que nos cuentan.
Hemos estado hablando, y tenemos que dar las gracias a todas esas gentes, que nos hacen compañía en nuestras noches, y a todos aquellos que encuentran compañía, también, aquí, en 5 Canciones Negras.
Muchas gracias

Deja que sueñen por ti

No hay mejor camino, que el que toman los sueños.
Deja que sueñen por tí, las almas descarriadas, los senderos tortuosos, las cimas más altas y nevadas del planeta, los soles ardientes del desierto de tu voz, y las palomas mensajeras de la tierra del recuerdo y del dolor.
Múdate a sus cuerpos mientras ellas anidan en ti, y recorre las ocho millas que te separan del cielo. Hecha una meada, justo bajo su umbral, y vuélvete hacia los infiernos, de espejos, de plata y cristal.
Surca sus pálidas aguas, busca fuentes de coral, y si encontraras alguna, subes un día, y me la das.

210404

Papá, qué es la política?

Papá qué es la política?
Hijo, imagínate nuestra casa.
Yo represento al capitalismo porque soy el que trae el dinero a casa.
Tu madre es el gobierno porque administra el dinero.
La criada es la clase obrera porque se ocupa de las tareas más pesadas.
Tú eres el pueblo porque gozas de los beneficios del sistema.
Y tu hermanito pequeño es el futuro del país.
Has entendido? -No papá, no lo entiendo.
Bueno no te preocupes, ya lo entenderás cuando seas mayor.
Esa noche el niño es despertado por el llanto persistente de su hermanito. Va a verlo a la cuna y encuentra que se ha cagado hasta la médula y que alguien debería cambiarle los pañales.
Va a la habitación de sus padres a pedir ayuda y ve que su padre no está, su madre duerme profundamente roncando panza arriba y no logra despertarla.
Entonces decide acudir a la criada, entra en su cuarto y encuentra a su padre haciendo el amor con ella (¡!).
Al día siguiente, el niño le dice al golfo de su padre:
Papá, anoche ya entendí lo que es la política.
Ah que bien! Bueno, qué es?
Mientras el capitalismo jode a la clase obrera, el gobierno duerme panza arriba sin importarle nada, al pueblo nadie le hace caso y el futuro está de mierda hasta las orejas

Me he cansado

De buscar, de no encontrar
De esperar, de fallar,
De arrepentirme
De soñar, de perder
De escuchar, de hablar,
De dormir, de llorar,
De despertar, de cambiarme
De fumar, de vomitar
De desnudarme
De lavarme la cara, de trabajar
De comer, de luchar
De correr, de caminar
De observar, de comprar
De reír, de escribir
De dibujar
De conducir, de llamar
De encender, de apagar
De girar
De escoger, de elegir
De querer, de amar.

260404

Una tarde

Una tarde

Una tarde preciosa, sentado en un banco, debajo justo del sol

A Vigilia

Quien pudiera permanecer en tu dormir abrazada. Donde duermes
sin dormir, sueñas sin soñar mientras vives sin vivir.
Préstame esos ojos tuyos que entrecierras entre abrazos, y
déjame llevarlos hacia las profundidades de de mis sueños,
donde todo se oscurece, y sólo brillan los momentos de
esperanzas, de realidad jamás vivida. De colores,
de sombras sin luces. Momentos extinguibles, tras la
vespertina aurora, que viene a matar las vidas que conviven
en mi pecho.

Miles de veces habría dado mi vida entera, por mantener
mis ojos abiertos, cruzando la cálida noche, y guardar cada
segundo que su cara contemplara, y ver el amanecer reflejado
en su mirada.

210404

Boli y papel

Boli y papel

A veces me da miedo pensar
Que tal vez no me entendéis
Pero de verdad, para mí lo más importante es
Poder poner mis pensamientos en el papel
Cuando siento el impulso de escapar del mundo
Es un truco, coloco un folio en mi escritorio
E intento convertir en rima, todo eso que me desanima.
Lo mejor es que a veces funciona
A veces, aunque sólo sea por unas horas
Consigo abstraerme y ver las cosas de otra forma
Saben, la sensación esa de cuando tienes algo dentro que te presiona
Pues, a veces, cuando estoy garabateando en mis hojas
Consigo darle forma, lo veo
Y eso es bueno, porque es más fácil no tropezarse
Cuando saben cómo son y dónde están los baches
A veces creo que voy con los ojos vendados.
Pero a veces es peor, porque pienso que simplemente es que los tengo cerrados y digo
Con lo sencillo que es el impulso eléctrico de abrirlos,
Por qué a veces me empeño en tenerlos cerrados con tanto ahínco
Imagino que soy un testarudo,
Porque a veces incluso sabiendo que lo que estoy haciendo no es del todo justo
Sigo en mis trece, y punto.
Pero díganme que no les ha ocurrido a ustedes también algo parecido alguna vez
Imagino que está en nuestros genes
Que en alguna parte de nuestra cadena de ADN viene escrito
Que el ser humano, sí que puede ser feliz, pero sólo durante un ratito
Y para mí ese ratito, es cuando escribo
Nunca he estado tan enamorado de mi música

“ I never ever been, so in love with music “

El Chojín