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5 canciones negras

Anécdota

Es Martes, la 1:05 de la mañana.
Llevo un rato dando vueltas en la cama, incapaz de dormir, dándole y dándole vueltas a la cabeza. Cabreado ya, decido resignadamente levantarme, ir al comedor, coger la bolsa de cacahuetes y disponerme a sentarme frente al teclado diciéndome a mi mismo, voy a escribir algo, me da igual lo que salga, pero que por lo menos gaste este tiempo escribiendo, esperando a que pase. Así pues, me incorporo de la cama, tanteo buscando las gafas, las encuentro, me levanto y enciendo la luz del flexo. Abro la puerta, y voy dirección la bolsa de cacahuetes, que están debajo de la mesa pequeña del comedor. Delante de la mesa, está el sillón, y frente a éste, una bamba y un zapato. Y una sonrisa se me dibuja en la cara.
Hace un rato, he salido al baño, a mear, y al salir, justo antes de apagar la luz, he visto mis bambas en el comedor, frente al sofá. Y apagando la luz, y saliendo, me he inclinado y, a oscuras, las he cogido y colocado, también a oscuras justo al entrar en mi cuarto. Tranquilamente me he vuelto a tumbar en la cama a seguir dando vueltas.
Cuando he visto que sólo me había llevado la mitad de cada par, lo primero que he pensado ha sido en cómo hubiera sido mi reacción de haberme dado cuenta mañana por la mañana. Pero después me ha salido la sonrisa y ya sólo pensaba, mientras volvía con la bolsa de cacahuetes en mis manos, y la sonrisa en la boca, de escribirlo aquí para el blog, con la ya comentada idea de no importarme el cómo saliera lo que escribiera o escribiese.

Diecisiete minutos y unos cuantos cacahuetes han caído ya.

Intento volver lo antes posible, de verdad, intento volver a ser yo muy pronto.

1 comentario

PoisonGirl -

:D qué simpático....... a mí me pasó eso una vez pero yo me fui a la calle a darme cuenta '¬¬