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5 canciones negras

Gaitas, violines y otras hierbas

Memento

Me disponía a dar un paseo por el bosque de blogs que hay precipicio abajo.
Tomé la senda roja, pasé bajo el viejo sauce y enfilé el angosto camino que lleva a su cripta. Mientras iba caminando, al no haber ninguna silla esperándome en la orilla, me puse a meditar. Quería encontrar un momento de alegría oculta expresada en esas letras. Pero todo se volvió más triste. Aunque pueda parecer imposible, cuando la tristeza cubre las paredes de la cripta, ya ni brilla el marfil.

Alicaído y cabizbajo deshizo el camino que sus pies habían recorrido hasta allí, y volvió a pasar por debajo del viejo sauce hasta llegar a la senda roja, regreso a casa.
Tembloroso metió la llave en el agujero, y la puerta se cerró como si pesara mil quilos. Los temblorosos pasos subían las escaleras a duras penas. El pasillo se hizo eterno, y las luces se apagaban a su paso.
Tras la puerta, su hogar. Ésta vez, la elevada temperatura, la total oscuridad y la aparente muerte en el ambiente, no tenían el mismo color.
Se sentó en la cama, e intentó encontrar el significado de ese cambio, no sabía si era a mejor, o a peor. Mientras su mente rodaba y rodaba, su cuerpo se tumbó de lado, y colgó un cartelito en el cristal que decía : “Rómpase en caso de incendio”

Y muchas lunas pasaron, y muchas más que pasarán.

260704

Pensando en mi

Horas bajas de altos vuelos
Nubes blancas, días espesos
La hierba sobre el papel
Y nada bajo mi piel

Cuatro notas suenan bajo
Los dibujos de un abrazo
Arrulla la marea fina
Con las olas de cartulina

Papiroflexia en vinilo
A ver si lo adivino
Tú hablas y yo me espero
Pero sólo dices te quiero

170504

Náufrago



En medio del mar te sientes como en un desierto y en este mar en el que naufrago no hallo más que inmensas dunas de arena negra. Y he estado leyendo, y he aprendido que la arena negra, es aquella que ha ido siendo apartada de todos los desiertos del mundo. La olvidada. Así que sigo hundiendo los viejos remos de mi vieja barca, luchando contra las medusas de arena y los tiburones de viento, surcando mar adentro, en busca del lugar donde descansa el horizonte.
En las noches que calma el mar, tumbado en mi barca, sueño con ese lugar. Y sueño con verte, esperándome, sentada en la silla de mimbre, con las gafas puestas y el pelo recogido. Y sueño con tu sonrisa, tras el cristal y la cortina, en el momento en que un rayo de sol viene a recibirla, y las paredes se tiñen con el color de tus ojos. Y abro los ojos, y entre tanto cielo diviso tu estrella. Y ahora es mi sonrisa la que ilumina mi barca, y es ahí cuando ni pasa el tiempo, ni corre el viento, y las olas de arena negra se quedan quietas.
En la proa de mi barca,
está escrito tu nombre,
para que todo el mundo sepa
que soy yo quien va a buscarte

120504

Dame mis canciones negras



Y mido mi tiempo en canciones.
Y descubro nuevas horas que buscaba, nuevas canciones a mí.
Canciones pintadas de dolor, de soledad, de penumbra y de tristeza.
Letras que son cuchillos, clavados en las espaldas.
Los suspiros son la sangre, que brota de las entrañas.
Dame canciones que duelan
Que hagan más larga mi espera,
Que hagan más honda mi pena
Y que si voy a estar muerto
Mucho más tiempo que vivo
Deja que me lleve mis canciones
Y todas las cosas que escribo

040504

Gracias a cqnd por la canción Diecinueve de Maga

Mi ventana y yo

Mi ventana y yo Me puse tras la cortina, y miré hacia abajo. Allí estaba ella, mirando fijamente su pantalla.
La descubrí una noche, en verano. Estaba tumbado en la cama, con la ventana abierta, por el calor. Había apagado la música, me había puesto el pijama y me disponía a cerrar los ojos hasta el día siguiente. Era sábado.
Entonces comencé a escuchar música, que no era la mía, y que se colaba entre la cortina. Me quedé callado, escuchando, y me gustaban aquellas canciones. Y sonaba una, y sonaba otra, y si bien no todas eran de mi agrado, la mayoría se decantaba por un sonido muy parecido al que a mí me gusta en una canción.
Poco a poco comenzó a picarme la curiosidad. De dónde venía es música, y quién era quien la escuchaba. Me acurruqué a los pies de la cama, a un lado de la ventana, y poco a poco iba ampliando el ángulo de visión.
La ventana de mi cuarto está situada entre medio de los pisos del bloque de enfrente, al que yo calculo que habrá de cuatro a cinco metros. De esta manera, en frente mío no tengo ninguna ventana, sino que las tengo situadas justo por encima y por debajo.
El instinto me llevó a buscar primero por arriba el origen de esas canciones, y mientras ampliaba el ángulo de visión, por el rabillo inferior del ojo izquierdo, me llegó tenue pero fija, una señal de luz. Un acto reflejo me llevó a apartarme de nuevo de la ventana. Bien, ya sabía hacia donde tenía que mirar. Recoloqué mi posición, y volví a levantar la cabeza, muy poco a poco.
Tenía la ventana abierta, y la cortina descubierta. La luz venía del flexo que había en el escritorio, entre la pared y la pantalla del ordenador, justo en el borde de la ventana. Ella estaba sentada frente a la pantalla, de modo que yo y mi ventana quedábamos por detrás y un poco de lado. Tenía el pelo ondulado, pero todavía no sabía el color. Rápidamente me volví a esconder, y me acurruqué en la esquina, con el corazón a cien. Era una sensación extraña, estaba exaltado, nervioso, emocionado. Sólo se trataba de una simple ventana abierta, un flexo al lado de un monitor y una chica con el pelo ondulado, escuchando buena música. Pero era algo nuevo.
Ya no me volví a asomar esa noche. Ni la siguiente, ni la de después. Sólo escuchaba sus canciones. Y la escuchaba todas las noches, una detrás de otra, hasta una de sábado, un par de semanas después.
Ya había pasado la hora y su música no sonaba. Al principio no le di mucha importancia, todo el mundo se puede retrasar.– Tendrá cosas que hacer – pensé. Pero pasaban los minutos a la velocidad de crucero de una tortuga, y mi impaciencia crecía a la velocidad de un jaguar cuando caza. No podía dejarme plantado! No!
Entonces decidí que era hora volver a asomarse.
Me puse tras la cortina, y miré hacia abajo. Allí estaba ella, mirando fijamente su pantalla.

A Vigilia

Quien pudiera permanecer en tu dormir abrazada. Donde duermes
sin dormir, sueñas sin soñar mientras vives sin vivir.
Préstame esos ojos tuyos que entrecierras entre abrazos, y
déjame llevarlos hacia las profundidades de de mis sueños,
donde todo se oscurece, y sólo brillan los momentos de
esperanzas, de realidad jamás vivida. De colores,
de sombras sin luces. Momentos extinguibles, tras la
vespertina aurora, que viene a matar las vidas que conviven
en mi pecho.

Miles de veces habría dado mi vida entera, por mantener
mis ojos abiertos, cruzando la cálida noche, y guardar cada
segundo que su cara contemplara, y ver el amanecer reflejado
en su mirada.

210404

10

10 lágrimas rotas
9 recuerdos que me hablan de ti
8 despedidas cortas
7 veces aquí
6 miradas a medias
5 canciones negras
4 tirones de pelo
3 inviernos sin fin
2 almohadas en mi cama
1 poema para ti

Humo azul

Humo azul Intento aflojar el nudo de mi garganta con el humo azul del olvido y del recuerdo. Me olvido de mis penas y recuerdo ya mis letras. A mis dedos les salen alas, y las palabras vuelan bajo, a ras de este papel ansioso por contar historias. He vuelto a disfrutar de algo que hacía mucho que no sentía, volver a despertarme desnudo en una cama que no es mía. El bombo y la caja me arropan el sentido, y la difusa luz del escritorio ahumado nubla mi mirada. Eran muchas ya las ganas, de vomitar, de poder decir basta. He vuelto a encontrar la llave que abre mi cajón de cuentos. Puedo volver a navegar sobre las nubes de mis folios, nubes con formas de lápices y de notas musicales, que me llevan de vacaciones a las playas de su inmensidad. Rojizos soles en calma, blancas playas silentes, pequeñas alfombras de hierba y grandes barras de bar. Y sentado a la luz de la luna, sigo empeñado en cantar, queriendo coger la guitarra, mis timbales y a tocar, y seguir sentado en la playa, hasta que me vengas a buscar.

(120404)

Carta a un amigo

Después de varios días de búsqueda, he encontrado sobre qué escribir.
Esa amistad. Qué asco. Quizás es que yo sigo pidiendo demasiado, pero sigo sin verlo así. No pido que nadie esté por mí a todas horas, pero, joder, me revienta que sólo se me busque por interés. Es una mierda, porque así me siento más sólo aún, pero eso algo por lo que nunca he pasado. Si soy tu amigo, lo soy, un día y otro, para tus cosas y para las mías. Pero así no, de este modo no quiero ser amigo, ni tuyo ni de nadie.

No te cuesta nada, tío, pegarme un toque un día cuando salgas del curro. Que tienes que quedar con tu novia, perfecto, si yo no digo que no quedes, pero tío, de vez en cuando no te puede molestar, no? Fíjate, cuando cogí la baja, me fui a La Maquinista, y te llamé para comer juntos, ya que tú trabajas ahí al lado. Me estuve esperando desde las 11 y media, hasta la 1 y media, a que salieras de currar. Total, para estar tres cuartos de hora. Comimos en el Pastafiore, y no nos dio tiempo a mucha cosa más. Pero tío, por lo menos quedamos, y nos vimos un rato. Luego tú sólo me buscas cuando te interesa, y eso no es así. Hace dos o tres domingos, cuando pillé la moto, porque os llamé para deciros lo de tus suegros, que me vieron por el balcón, y ya me acerqué, que estabais pillando una peli, y ya me quedé a verla, que si no...
Tío, si tenéis la suerte de teneros el uno al otro, todos los días... ¿no podéis “hacer un esfuerzo” algún día? Sabéis que yo estoy siempre aquí, sólo, esperando que suene el teléfono para salir corriendo... pero bueno, es lo de siempre...
Me hizo gracia ayer, cuando quedé con tu novia, para comprar los materiales para vuestro piso. Quedamos, compramos los materiales y ala! El Víctor a su casa, así, sin más. Y bueno, lo de Semana Santa eso ya fue para morirse. Que tienes que hacer la instalación en Semana Santa, que cerramos el techo. Ahhh, y alguien me ha preguntado si yo tenía planes? No, si no hace falta! Al Víctor lo tenemos ahí para cuando queramos, no?.........

Bueno, ya hemos pasado épocas como ésta. Y yo ya se como llevarla, aunque eso no quita que me siga jodiendo. Comprendo que ahora vosotros estaréis liados, la reforma del piso lleva mucho trajín a cuestas. Yo sé lo que es eso, porque ya lo he pasado, pero la diferencia es que vosotros me tenéis a mi, y ya no en el tema laboral, no por haceros o no haceros la instalación, no por aconsejar, ni ayudar. Hablo de la motivación, y la entrega y las ganas que he puesto en vuestro piso. Yo ni tuve vuestra motivación, ni vuestra entrega, ni vuestras ganas en el mío. Pero bueno, que conste que no os hecho nada en cara. Cada uno es como es, y yo, si os quiero querer, os tengo que querer así, como sois.
Simplemente me gustaría que a ratos, fuerais un poco... (no mejor, ni peor)... simplemente, de otra manera para conmigo.

010404

Otoño

Las hojas secas caían sobre mis hombros, y se arrojaban decididas al suelo, formando un manto sobre lo gris de las calles de mi ciudad. Al alzar la mirada pude observar como una auténtica alfombra de hojas secas se mostraba ante mi, llenando mi camino de ese aroma tan especial y agradable que tiene el otoño al envolvernos. Ese olor a mojado.
Con paso alegre y decidido seguía surcando las aceras, al encuentro de todavía no sabía bien el qué. De repente, una cortina de agua cubrió las fotos de mi ciudad. Las hojas nadaban río abajo, las mujeres corrían a resguardarse en los portales, los niños aleteaban contentos sobre las aceras, mientras sus madres cargaban con sus mochilas y paraguas. El borracho terminaba su copa, y corría, torpe, a refugiarse en casa.
Y mientras yo, caminando impasible calle abajo, perdiéndome tras el manto grisáceo de la lluvia, seguía decidido a perderme para siempre en las eternas entrañas de mi ciudad.

050304

190304

Buceo por los tejados, buscando corazones en celo, suspiros nocturnos, sueños insomnes, canciones de amor, nieblas de humo gris, una flor en un jardín. Sillones solitarios, susurros en alto, gemidos callados. Ojos que se besan, caricias de pelo, guerras de almohadas. Adolescentes desnudas, soldados callados, gatas y gatos. La estrella del suelo, la casa en las nubes, las almas en vuelo. Amigos perdidos, volver a las andadas, cuentos de hadas. La lágrima rota, del mar la ola, un beso en tu boca. Ladrón de corazones, coleccionista de caras, noches de barra. Wishky con hielo, tabaco mezclado, otro pájaro muerto. La bombilla rota, la cerilla apagada, la noche roja, una cuna enferma, el antídoto equivocado.
Una habitación vacía, un oído atento, un hombro en alto, una escalera sin peldaños.
Cuando la lluvia cae, un corazón anda cojo, se le ha roto el tacón. Paraguas en ruinas, chalecos de piel. Abrazos de postal, fotos de un lugar. Puentes en las nubes, manos que levantar, corazones abstractos, amores que pintar. Una meta sin bandera, una carrera hacia atrás. Una silla en el camino, la piedra que al tropezar, te abre las puertas del cielo, y te invita a pasar.

25

25 Ya he dejado atrás la hora veinticinco
Mira abajo y reniega de sus veinticuatro anteriores
Mira arriba y promete que la primera hora del nuevo día
Estará llena de luces, colores, olores, trabajo y energía
Dejas transcurrir los pasos de este reloj que es la vida
Te acuestas en la cama, te quedas en blanco, y suspiras

Hazte caso, despierta
Llena tu reloj de vida, ponle las pilas
Muévete, anda camina
Y deja la ventana de tu habitación
Toda la noche abierta
Toda la noche, y todo el día

(231202)

Nunca Mais

Bueno, quizás algunos vean mi opinión un tanto distinta, pero es la mía, y debo decirla. Tengo que decir que a mí hay algo que se me escapa. Algo que no me deja creerme todo esto que ha pasado. Por primera vez en mi vida, noto como se me encoge el alma, cuando veo o escucho declaraciones de PERSONAS que han perdido a seres queridos. De niños buscando a sus padres por los hospitales, de madres ya sin hijos... Un escalofrío me quiebra por completo.
Mi comentario venía referido a vuestra llamada de voto. Quiero decir que yo no opino como vosotros. Vosotros apeláis al poder de la democracia; democracia que no existe en nuestros días. Llamaban a la democracia todas las voces que en manifestación chillaban contra nuestra incursión en una guerra sin sentido, y se nos metió de lleno. Gritaban democracia millares de personas con las manos en alto bañadas en crudo, y se perdieron en el olvido. Como tantas otras veces ha ocurrido. Yo, personalmente, siento un engaño infame escondido tras esas letras. Busco en el diccionario y veo que democracia significa el predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado, y una impotente y sarcástica mueca me aflora en el rostro. Para mí, esto no es democracia.
Yo siento como todos, en lo más profundo de mi ser, el dolor de todas esas gentes, pero creo equivocadas vuestras llamadas a la democracia, y sólo se me ocurre una réplica como posible y utópica solución, el voto unánime por la abstención. Que nadie ocupe el domingo el puesto vacante que ha dejado “el enano”, y que vuelvan así a callar nuestros gritos. Mi opinión es que si queremos democracia, que decidamos nosotros, que no lo haga nadie falsamente en nuestro nombre. Y recuerdo y aplico un antiguo grito desgraciadamente ya olvidado por todos nosotros... NUNCA MAIS

Errante

Errante Viajando a través del tiempo, tras los esquivos arrecifes de nubes de coral, encontrando a mi paso almas errantes volando sin rumbo fijo, ansiosas por fijar el ancla que les amarre a esta vida insana. Luchando contra batallones de gigantes atmósferas negras, cargadas de incesantes espadas ansiosas de poder, y cabalgando dunas sin fin a lomos de mi fiel caballo alado. Llamando a las puertas de inertes castillos de arena, donde ya nadie recuerda historias futuras, ni sueños pasados. Con el alma vacía a rebosar, con el llanto a flor de piel, clamando al cielo una vida mejor, únicamente deseada por y para aquellos que tras nuestros pasos vendrán, sigo levantando muros contra el olvido, que viene a llevarse los bellos retratos que el juicio pintó.

Sin palabras

Sin palabras 11-03-2004

Esperando mi tren

Esperando mi tren ...
Despliego mis versos, despliego mis alas
Despego mis pies del suelo en aras de una realidad que no llega y que ansío
Y me decido a saltar al vacío de otro folio en blanco
Cierro los ojos al mirar adentro
Busco verdades en el firmamento y no obtengo más respuestas
Que el sonido de mis tripas
Hoy traigo el sentimiento, que sopla con el viento
Que fluye con el agua, y que ni el tiempo disipa
Hoy soy consciente de mi mismo, ya no observo las estrellas
Camino mirando al suelo, aquí quiero dejar mi huella
Busco motivos dentro de mi cabeza, y con mi amiga tristeza
Me consuelo entre chustas y botellas de cerveza
Y tengo la certeza de que todo saldrá mal,
Quiero salir de esta espiral, busco un manantial
Espero una señal, tengo que escapar lejos de este lugar
No me resigno, tiene que haber algo más
Y al final acabo dando tumbos, como un borracho por la ciudad
Es mi verdad, sueño que mis sueños no acaban al despertar
Y de apostar nunca lo haría por mí
Pues allí donde esté me siento extranjero
Vivo en la tierra de los hombres y aquí no hay más Dios que el dinero
Como un cordero entre lobos, como un ángel en el infierno
En un quiero y no puedo van pasando mis días,
Añoro viejas utopías, sigo melodías
Con la mirada perdida entre las vías de esta estación
Se me marchita el corazón y la esperanza cogió el tren anterior, el tiempo se me escapa
La duda me tiene rehén y sé que nada va bien
Mientras en el andén, sigo esperando mi tren

...noches demasiado frías, con la mirada perdida entre las vías....

Nach y Maese Kds

No es justo

No es justo Aquella tarde nadie me había preguntado cómo me encontraba. Si estaba bien, si mis penas se habían esfumado con el humo de mis cigarrillos, o si había encontrado alguien para llenar el hueco que sigue quedando a mi lado. Aquella tarde había sido como otra cualquiera. Desmoronado, insomne, cansado y aturdido seguía cabalgando sobre las horas de mis noches. Y qué ganas tenía de poder escribir algo alegre, de poder regalarle a mi hermano una visión un poquito más alegre de mi situación. Pero es que no podía. Cada vez que me sentaba al teclado intentaba, lo juro que lo intentaba, y todavía lo sigo intentando, buscar palabras bonitas, que conforten el vistazo alegre de cualquier pasajero viajante de éstas, mis letras. “No es justo, pues claro que no es justo, no puedo hacer rap alegre, si yo no me siento a gusto” rezaba aquella canción. No, no es justo, yo también lo creo así.
Hay días en los que te acuestas con gesto triste, cansado. Sin ganas de que la persiana entreabierta arroje hacia ti otro rayito de sol al día siguiente. Deseando que tus sábanas mantengan alejados todos esos fantasmas que vienen a buscarte en los albores del alba. Deseas con todas tu fuerzas seguir manteniendo los ojos cerrados, seguir viviendo en el sueño alado en el que te refugias. Pero nada nunca cambia. Tras la nocturnidad, llega la mañana clara, radiante, esbelta, enérgica, que te agota y asfixia. ¿Por qué no puede uno elegir el color de su día? Elegiría el gris como fondo perfecto. Lluvias como acompañantes fieles, y negros los mejores momentos. Pero ese que dicen que manda, intenta ser amable, y brindarte fondos azules, fuertes soles y blancas alegrías. Que se vaya a la mierda, él y sus siete días.

(060304)

Puertas

Puertas -Y no lo encuentro. – Me decía
-Todos parecen hacerlo tan fácil.....
No era tan fácil. Yo me quedaba con él, de paseo por todas esas salas, llenas de cuadros viejos, llenos de polvo, en las que súbitamente aparecían y desaparecían puertas hacia dimensiones tan diversas como, a menudo, distantes. De vez en cuando nos adentrábamos en alguna, al azar, por el simple placer de viajar y conocer. De visitar los lugares y personas que tras ellas se escondían. Muchas veces nos encontrábamos a chicos acurrucados en un rincón, guardando celosamente misterios inconfesables. Otras veces interrumpíamos in querer a parejas entrelazando sus letras, tras un cristal. A pequeñas mujeres vestidas con grandes trajes, esperando quien les levante la falda. A hombres perdidos, llamando a las puertas de jovencitas inocentes buscando a quien amar. Muchas veces encontramos varios grupos, sentados todos en el suelo, charlando sin parar.
Pero él seguía echando algo en falta. Constantemente me daba las gracias, por acompañarle una noche más en su búsqueda.

Por más vueltas que dé este cubo, por más puertas que abramos, por más que se nos cierren, por más cuadros que descolguemos de las paredes de todas las salas, siempre habrá otra, y siempre habrá quien pase a nuestro lado. Sólo me queda esperar que encuentre a alguien. Alguien que lo comprenda y lo quiera, como lo comprendo y lo quiero yo. Alguien que le acompañe en su viaje.
-No te preocupes, siempre que andes perdido, sólo llámame.

(040304)

Pedro

Pedro Una fina lluvia se dejaba caer sobre la ciudad. Las calles se habían quedado desiertas, y Pedro seguía caminando. Caminaba sin rumbo, con la mirada perdida en algún lugar de su vista. Las gotas le caían por la cara. Le encantaba. Su ropa estaba ya bastante mojada, pero a él le daba igual. Al llegar al quiosco giró a la derecha, en dirección al parque. Le gustaba ir hasta allí, caminando bajo la lluvia. Al final del parque, bajo aquel edificio encontraba Pedro su rincón favorito. Apoyado en el portal hacía como que esperaba, y en realidad esperaba. Esperaba imágenes, parejas, fotos, recuerdos, estampas, que plantaran simientes duraderas en su olvidada ausencia. Cuando creía el baúl lleno, volvía a caminar.
Así día tras día, lluvioso, húmedo, cálido o seco, Pedro caminaba y caminaba. Como el que huye lentamente de un futuro incierto.
Si algún día le veis, por favor, decirle que le espero, en aquel portal, con un sobre lleno de imágenes, de parejas, de fotos recuerdos y estampas, para que siga creciendo la semilla que plantó en mi corazón.